A la vista de que el rio Colorado está en América, el rio Amarillo en Asia y que Benidorm está en Europa -más exactamente en la Comunidad Europea- me preguntaba hace unos minutos ¿porqué el Ayhuntamiento de Benidorm, mejor dicho los equipos políticos que lo gobiernan, dan la espalda cuando les interesa a nuestras leyes? ¿dónde está la transparencia? ¿dónde la opinión
ciudadana? ¿para qué sirven las entidades valencianas de participación? ¿con qué fin aprobó el Pleno Municipal extraordinario el 19 de Julio de 2010 el Reglamento de Participación Ciudadana? ¿dónde están las dosis de buena voluntad y sentido común de las que alardeaba el Sr. Alcalde en el
prólogo del citado Reglamento?…
Vivir para ver. Están, por ello mi referencia a los ríos Colorado y Amarillo, disueltas en el agua del mar (agua dulce ya no nos queda). Me da igual que sean del océano Pacífico, del mar de Bohai o del mar Mediterráneo, están disueltas como los sobrantes de la depuradora mantenida por Hidraqua, vertidas y disueltas -repito- en pleno Parque Natural de Sierra Helada.
¿Que hay una ley de Participación Ciudadana vigente desde el 10 de Julio de 2010? Y a ellos ¿qué les importa? ¿Que la Unión Europea obliga a promover la participación ciudadana a todos los niveles? Y a ellos ¿qué les va? ¿Que ningunean a todos los ciudadanos? Y a ellos ¿qué? Solo existe para este equipo una verdad y un dogma: Si mi destreza manejando y manipulando votos me ha llevado donde estoy: ¡Lo siento! Para algo ejercéis la democracia
durante exiguas horas una vez cada cinco años. ¿Que no os gusta? Continuar con el aguante hasta Mayo… ¿podemos aguantar?…podemos… si, incluso debemos, Mayo está ahí, a la vuelta de la esquina.
Promesas y realidades son para ellos dos términos contrapuestos, porque prometen lo que la mayoría deseamos conseguir, pero siempre realizan lo que les viene en gana. Ganas que de una u otra forma, son oscuras como las lóbregas noches sicilianas o radiantes como el soleado día griego, y así convierten las ganas del deseo en las ganas de la “ganancia”.
Tenemos en nuestro rico idioma palabras que a pesar de su identidad morfológica y fonética tienen de acuerdo con la moral e intención del usuario significación dispar. Ejemplos los hay en cantidad, valgan como muestras la palabra “arco”, (referida al concepto de bóveda o de arma) y
la palabra “cochino” (referida al concepto de un animal concreto o como calificativo de sucio). Ello nos traslada al caso concreto de la palabra político. Analicemos.
Llamamos político a quien se dedica a la política, a quien pertenece a la política, a la persona que se comporta con cortesía y buen hacer, a quien interviene en los asuntos de gobierno, a quienes aspiran a regir asuntos públicos, a quien orienta o da directrices en un asunto determinado…
lo que no puedo comprender ni aceptar es que se llame político a quien amparándose en alguna de las anteriores denominaciones, intente vivir a costa de los demás, argumente exclusivamente en su interés personal, de la espalda a las leyes que no le sean favorables a sus deseos y ande día y noche con la uve de la victoria entre sus manos a nuestra costa. Esa persona hombre o mujer, mujer u hombre no es político es otra cosa que cada cual puede calificar utilizando el adjetivo que mas le acomode en cada caso.
Una vez mas morfología y fonética no coinciden.
Dice el refrán
“Cría cuervos y… tendrás muchos” y eso nos está pasando. Hace años
empezamos a criar cuervos (políticos) y ahora tenemos cientos y lo que es peor ya no nos alcanzan nuestros fondos para saciar su voracidad, nos han esquilmado.
Por otra parte, como parecen ser especie protegida, al que se atreva o trate simplemente de espantarlos se le revuelven cual víboras acosadas. No obstante el tiempo todo lo va cambiando, va pasando, llega y se va. Espero y deseo que los cuervos no sean como las golondrinas, recordemos…
Volverán las oscuras golondrinas de tu Ayhuntamiento los sillones a
ocupar , pero estos míseros (de moral) personajes ya no volverán.
Que así sea.
José Antonio Corachán Marzal
Miembro del Consejo Vecinal