• Una familia de La Vila lo perdió todo al derruirse en 2007 su vivienda situada junto a un solar en el que se iba a construir un hotel
• La pareja y sus dos hijas salieron minutos antes de que la vivienda se viniera abajo tras derrumbarse un muro en el interior
• La vista estaba fijada para la semana pasada y fue suspendida; la nueva fecha, a finales de marzo

La madrugada del viernes 31 de agosto de 2007 algo despertó a una familia de La Vila. Un muro de la vivienda donde residían se vino abajo. Ante lo ocurrido, abandonaron el inmueble que acabó derrumbándose poco después delante de sus ojos. Casi ocho años después del incidente, en el que no hubo que lamentar daños personales, los afectados siguen a la espera del juicio para aclarar las causas del suceso después de que se suspendiera la vista la pasada semana y se retrasara para marzo.

El edificio que se derrumbó ese verano estaba situado en la calle Bigueta, en pleno casco antiguo, concretamente en el número 2 de la misma. Junto a esta casa ya se habían derribado varios inmuebles de la promotora ‘De res Marina S.L.’, en cuyo solar pretendía levantar un hotel. La demolición mantuvo las fachadas de las antiguas casas que dan a la calle Mayor, junto al Ayuntamiento, pero las contiguas a la vivienda de esta familia sí que se echaron abajo para construir el nuevo edificio.

Tras esas obras, una empresa de andamiaje, ‘Andamios In’, colocó una estructura de hierro dentro del solar para evitar cualquier tipo de problema de seguridad y que las medianeras se vinieran abajo. Sin embargo, y por lo que ocurrió después, parece que el refuerzo no fue suficiente.

El 23 de agosto de 2007, apenas una semana antes de que se produjera el incidente, los propietarios de la casa de cuatro plantas presentaron ante el Ayuntamiento un escrito en el que alertaban de que se estaban produciendo grietas en las paredes de su vivienda, concretamente en la que daba al solar donde estaba prevista la construcción del hotel, según las fuentes consultadas por este diario.

Cuatro días después, el 28, el Consistorio realizó una inspección en el inmueble en la que reconoció que se observan “multitud” de grietas “como dice la propietaria”, quien ya indicó que se debían a las obras que se estaban realizando en la parcela contigua. Pero tras ese informe, nada más se hizo.

Solo tres días después, sobre las 4 de la madrugada, los propietarios comprobaron como un muro dentro de su casa se derrumbaba. Los agentes, según la documentación a la que ha tenido acceso La Marina Plaza, decidieron desalojar a los propietarios, una pareja con sus dos hijas que ya habían decidido salir a la calle.

Pero los agentes, como medida de precaución, también procedieron a desalojar otras diez viviendas cercanas. Y mientras esto ocurría, un fuerte ruido alertó a todos: la casa de la familia se había venido completamente abajo en apenas unos minutos. Tras comprobar que no había heridos, acordonaron la zona y acudieron al lugar los bomberos.

Este derrumbe de la vivienda por obras cercanas no es el único. El casco antiguo de La Vila tiene una característica que se da también en otros centros históricos, y es que las viviendas se sustentan entre ellas. Quitar una parte puede producir un efecto dominó en las contiguas.

Sin casa y sin lugar a dónde ir

“Salieron con lo puesto y con lo poco que recogieron en una maleta”, explica el abogado de los afectados, Miquel Buforn. De hecho, la familia temía lo que podía ocurrir desde que aparecieron las primeras grietas y ya tenía pensado abandonar el inmueble para evitar un incidente grave. La intuición les salvó de acabar sepultados bajo los escombros de una casa en la que hacía apenas seis meses habían invertido para su conservación.

Tras lo ocurrido, se trasladaron a un hostal del municipio donde pasaron varios días. Por su parte, la zona fue reforzada con más andamios que instaló una empresa contratada por el Ayuntamiento para asegurar los demás edificios de la calle y evitar males mayores.

Desde entonces, el proceso para reclamar por los daños causados ha sido largo. La familia demandó a la promotora del hotel del solar contiguo, a la empresa que colocó el andamiaje inicial y al arquitecto del proyecto. El letrado indicó que no se le reclama nada al Ayuntamiento, aunque consideran que “no se hizo lo que se debía” después de inspeccionar la vivienda días antes.

Lo cierto es que la vista estaba prevista por fin para el miércoles de la pasada semana en el Juzgado número 3 de La Vila, pero la ausencia justificada de uno de los abogados ha retrasado el juicio de nuevo, por lo que los afectados tendrán que esperar hasta finales de marzo, cuando se ha puesto la nueva fecha.

Buforn reconoció a este diario que se trata de un proceso “complicado” en el que hay múltiples informes periciales de todas las partes. Pero, además, el retraso lo achaca a que “el volumen de trabajo que soportan los juzgados de La Vila no es un secreto para nadie”. Y es que en estos tribunales se tratan “casi el doble de asuntos que en los de Benidorm”, lo que se une a la falta de recursos de los mismos y que en todos estos años han sido varios jueces los que han tenido en sus manos la causa.

Con todo, la familia y el abogado esperan que en marzo se pueda celebrar la vista después de casi ocho años y dar por terminado el incidente que hizo que los afectados perdieran su casa.