Alfaz del Pi

LO QUE HE LEIDO.-TENSIONES DEL PP-ALICANTE Fabra se enfrenta a su peor momento político y sin saber qué hacer en Alicante, Benidorm, Orihuela, Villena, Teulada y otros municipios

FABRA 27-8-
Fabra aborda el inicio del curso en su peor momento político y, de momento, sin saber cómo resolver el Caso Castedo, las tensiones de Benidorm, las adversidades de Orihuela y los pulsos de Teulada entre otras ciudades con problemas del PP-Alicante
enviar Imprimir 0 comentarios
Share on facebook Share on twitter Share on email Share on print More Sharing Services 0
26/08/2014
// REDACCION

Alberto Fabra, que hace ahora tres años y un mes que recibió una gran herencia en votos de Francisco Camps, tras el cese-dimisión del mismo, continúa dilapidando el patrimonio de su antecesor que logró las mayores victorias históricas del PPCV. Y cuando prácticamente ya se está iniciando el curso político, con unas elecciones municipales y autonómicas a menos de nueve meses ya, no sabe cómo resolver el Caso de Sonia Castedo, imputada en la Operación Brugal, mientras la Justicia, que cabalga más lenta que el caballo del malo, sigue sin pronunciarse sobre un tema que todos esperan. Incluso el PSOE, que anda decapa caída, y con muy fuertes tensiones y enfrentamientos entre el líder provincial, David Cerdán, a quien le ha hecho una fuerte cruz el líder regional, Ximo Puig, y el secretario general del PP-Alicante ciudad, Gabriel Echávarri, que ahora va a traer para arrancar el curso político a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE en sustitución de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Y mientras los socialistas alicantinos no levantan cabeza y que tienen más miedo al futuro político electoral que a un nublado, los populares alicantinos, a caballo entre Madrid y Valencia, porque Alberto Fabra se está empeñando en dificultar las cosas más de la cuenta, sigue con la larga canción de que no habrá imputados en las próximas listas del PPCV mientras no es capaz de abordar el caso de Joaquín Ripoll, ex presidente del PP-Alicante, ex presidente de la Diputación y presidente, ahora, de la Autoridad Portuaria, e imputado también en el desarrollo de la Operación Brugal, porque fue un nombramiento impuesto por Mariano Rajoy, a la sazón presidente del PP y del Gobierno. Así de claro.

Alberto Fabra, que no vive precisamente su mejor momento político, se está encontrando con un embolado grande, de verdad, en el pentágono que conforman Alicante, con Sonia Castedo, sí, Sonia Castedo, no, mientras calientan en el banquillo Luis Barcala y Asunción Sánchez Zaplana, en Benidorm, donde el presidente del PP, Manuel Pérez Fenoll, aún no es consciente de que mientras la expopular Gema Amor siga batallando no se va comer un colín, en Orihuela, con una larga de lista de imputados, con Mónica Lorente, ex alcaldesa y ex secretaria general del PP-Alicante a la cabeza, en Teulada Moraira, la tierra de José Císcar, con un severo contencioso con el alcalde, Antoni Joan Bertomeu, ex ciscarista y ahora bebiendo los vinos de moscatel con Alberto Fabra, intentando zaherir a su mentor político, y en Villena, donde la ex alcaldesa, Celia Lledó, ya ha dicho que no a la dirección provincial.

Todo ello sin contar que con el PP a la baja los populares pueden perder ciudades como Elche, donde Mercedes Alonso, que derrotó a treinta y dos años de socialismo, se enfrenta ahora con la inestabilidad de tener un concejal menos que la oposición porque Cristina Martínez se le ha ido del Grupo Municipal.

Y eso que José Císcar, a pesar del distanciamiento del presidente del PPCV y de la Generalitat sobre el presidente del PP-Alicante y Vicepresidente de la Generalitat, mucho más político y sensible que su jefe regional, le está echando una mano de considerables connotaciones de identidad política.

Lo que pasa en el fondo es que, tras los comicios europeos del 25-M, que están empezando a cambiar un poco las dinámicas electorales, la dirección nacional del PP, que ya da por perdida la Comunitat Valenciana, a manos del Cuatripartito entre el PSPV-PSOE, Compromís, Esquerra Unida y PODEMOS, partido, éste último, que está logrando una extraordinaria implantación y a un ritmo, inicialmente, vertiginoso, que Alberto Fabra sigue tensando una cuerda que se le puede romper en nada y menos, porque los electores son así de claros, y que estos momentos, de extremas adversidades, van a marcar, en tan solo nueve meses, elecciones municipales y autonómicas, un antes y un después.