Benidorm

-ARTICULO DE OPINION: LOW FESTIVAL EL SECRETO DEL EXITO

 

El Low Festival es un gran acierto, como acaba de expresar el señor Alcalde. Necesitamos atraer a más público juvenil y éste y otros festivales musicales son un buen reclamo. Y a pesar de las molestias causadas a algunos vecinos, ha quedado nuevamente demostrado su poder de convocatoria y su éxito artístico y publicitario. Sin olvidar su extraordinario impacto económico para la Ciudad. Pero también para los organizadores del evento. Esto significa y nos indica que no iban desencaminadas las preguntas que se hacían el Consejo Vecinal y otras voces autorizadas que desataron la polémica: si la promotora gana dinero, como es el caso, ¿por qué no debe pagar un canon arrendaticio o parte de los beneficios por utilizar el recinto de actuaciones? ¿Por qué ese contrato de siete años, si se desea continuar con la misma empresa, porque lo está haciendo bien, no se revisa y renueva anualmente? ¿Por qué no se destaca la marca BENIDORM en la publicidad del Festival? Además de que por varias razones y en opinión de muchos, lo suyo es que esa u otra marca perteneciese al
Ayuntamiento.

El que algún que otro municipio subvencione estos espectáculos (sus razones tendrán) y que Benidorm salga beneficiado por la celebración de este evento, no es excusa para que no se abone  el alquiler correspondiente y se devuelva el terreno y las instalaciones que se ceden en las mismas condiciones que se reciben. Por esa regla de tres, al igual que el Low Festival, los  negocios turísticos complementarios que también benefician y se benefician de la Ciudad (Terra Mítica, Terra Natura, Aqua Natura, Benidorm Palace, Cable Ski, Aqualandia, Campos de golf, Benidorm Circus, Mundo Mar, Casino Mediterráneo, etc.) no deberían pagar ningún impuesto al Ayuntamiento, además de recibir algún tipo de subvención; máxime teniendo en cuenta que todas estas empresas son propietarias de los solares en que se desarrollan sus actividades; y por tanto no utilizan instalaciones ni terrenos que son de todos los benidormenses.

Los responsables de la organizacion del Festival se están aprovechando de la falta de profesionalidad de quien ha negociado el contrato, por mucho que nuestras autoridades quieran negarlo. Conrado Hernández no ha hecho valer lo importantísimo que para este evento es el que se celebre en Benidorm. Esto, sin restar mérito a los organizadores, y un buen cartel, es el secreto del éxito, como ya se dijo en repetidas ocasiones. Y que a estos señores, encima de no abonar un sólo euro de alquiler, como sería lo lógico y razonable, les tengamos que sufragar gastos propios de la empresa promotora (da igual que sea en metálico o en especie), clama al cielo. Aparte de que Benidorm pierde de ingresar en sus arcas, según estimaciones de reconocidos profesionales en la materia, como José Antonio Rodríguez, al menos un cuarto de millón de € por edición, tiene bemoles que el señor Piñeiro se atreva a pedir (antes y durante tres años 300.000 € a fondo perdido), después de que todos sepamos que el evento es un gran negocio, que se abone por cuenta del Ayuntamiento la reposición del cesped del estadio, los pagos a la SGAE, los  servicios médicos y ambulancias, y que Conrado Hernández, con el dinero de todos, conceda estas absurdas y abusivas peticiones. Y menos mal que, dentro de lo malo, Gema Amor los convenció para que a última hora desistieran de cobrar 55.000 € + IVA en concepto de publicidad -¿pero no se realiza el Festival para que nos dé publicidad?- y aportaran 10.000 € a la Fundación Turismo de Benidorm. Habrá que reconocer que si ella hubiese  llevado la negociación del contrato desde un principio, posiblemente no se habría dejado liar por el señor Piñeiro.

Sin embargo, el máximo responsable de este vergonzoso acuerdo que tanto perjudica a Benidorm económicamente, nos acusa a todos cuantos informamos objetiva y verazmente de los hechos de no querer el Festival ni a Benidorm. Salvando las distancias, las circunstancias y sin acusar, en principio, a nadie de ningún delito, Conrado dice lo mismo, cambiando Benidorm por Cataluña, que pregonaba en sus tiempos el «ex-molthonorable» Jordi Pujol, cuando presuntamente se llevaba a su bolsillo una parte del 4% que debían pagar las constructoras a CiU por las ventajosas adjudicaciones de obra pública y algunos medios se atrevian a denunciarlo…Así se escribe la Historia. Y que cada cual saque sus conclusiones.

Lorenzo Álvarez Carrillo

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