Todavía recuerdo un 22 de Noviembre del año 1975, cuando acompañado de un amigo, Tomás, y miles de personas más, estaba en la Plaza de Oriente de Madrid, dando la bienvenida al nuevo Jefe del Estado, Juan Carlos I, tras el fallecimiento, en una cama de hospital, del General Franco. Para entonces era un estudiante de Farmacia deseoso de que España se abriera al mundo en un clima de paz y democracia, como así sucedió.
Acontecimientos así es difícil olvidarlos. Como tampoco creo que olvide cuando escuché la noticia de la abdicación de esa misma persona. Fué ayer, sobre las 11.30 horas, saliendo de un hermoso pueblo del Campo Charro salmantino, llamado Villavieja de Yeltes, rodeado de viejas encinas y robles, y campos donde pastaban las vacas moruchas o charolesas, cuando no toros bravos.
Era un momento esperado que nos ha pillado a todos con el paso cambiado. El resultado de las elecciones europeas mucho han tenido que ver, sin duda. Juan Carlos abdica y el sucesor, Felipe, tomará el relevo en unos pocos días. No soy de los que piense que a los mayores hay que retirarlos de forma radical, para que un joven tome el relevo. La experiencia y sabiduría de un mayor tienen mucho valor y no se pueden despreciar. Pero nuestro Rey, ya llevaba un tiempo en unas condiciones físicas un tanto complicada, siendo necesarias una salud de hierro para asumir sus enormes responsabilidades. Por ello su relevo era necesario. Su hijo, lleva 46 preparándose para este momento, está en la mejor edad para asumir las máximas responsabilidades, no se le conocen meteduras de pata ni críticas negativas a su persona.
No soy republicano, pero tampoco monárquico; tan sólo me considero un español amante de su país y deseoso de la máxima tranquilidad y prosperidad para todos. Estos 39 años, en su conjunto, han sido de los mejores de nuestra historia, hemos invertido en D. Felipe, tiempo y dinero suficientes que merecen una oportunidad. Los españoles merecemos certidumbre en su futuro inmediato y dejarnos de aventuras inciertas. Tenemos problemas más importantes en estos momentos. Mi respeto absoluto para todos los republicanos. Cauces legales ofrece nuestra Constitución para cambiar lo que se quiera, pero para ello hay que cumplir el ordenamiento jurídico de toda Democracia. Pero todo en su momento y con el respaldo de los votos, del pueblo y/o de sus representantes. Recordar que la calle no es de Fraga, ni de los republicanos, es de todos los españoles.
Bienvenido sea y los mejores deseos para nuestro próximo Rey, Felipe VI.

DESDE MI OTERO
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Francisco Javier Reverte Lledó