Es necesario buscar otras fórmulas en la gestión del agua y el alcantarillado que permitan un mejor control y un mayor ahorro en los recibos.
La empresa concesionaria del agua potable y alcantarillado HIDRAQUA dispone de un almacén en la Partida Almafrá. Para atender a lo establecido en el contrato, se habilitó una nave para que trasladara sus instalaciones dentro del término municipal de Benidorm. En marzo de 2008, se le concedió licencia provisional de apertura al almacén, oficinas y aparcamiento en una zona residencial.
Para su habilitación, se invirtieron 283.971,41 euros, que se obtuvieron del Plan de Inversiones de la concesionaria para mejorar la red de agua. Para el alquiler, se destinan 3.500 euros cada mes, que desde entonces ha comportado un total de 252.000 euros. En total, se han gastado más de 530.000 euros de dinero que sale de los recibos del agua que pagamos todos los ciudadanos y todas las empresas de Benidorm.
Como era de esperar, las molestias de esta nave, situada en suelo urbano, se han denunciado por los vecinos. Sus quejas han llegado a que se tenga que revocar la licencia de apertura y cerrar la nave. Los informes técnicos han aconsejado al Sr. Conrado Hernández a cerrar el almacén y las oficinas. Después de gastar más de 530.000 euros, ahora hay cerrarla y buscar otro lugar para la nave de HIDRAQUA. Ahora habrá que gastar más dinero en alquilar otra nave o en construir una nueva en suelo municipal. Ahora habrá que gastar otros 500.000 euros más. Y todos los euros salen del bolsillo de los ciudadanos.
Hay decisiones políticas que lejos de beneficiar el interés general, solo hacen que malgastar los escasos recursos económicos del Ayuntamiento. Pero el fondo de la cuestión, está, además, en el modelo de gestión del agua potable y el alcantarillado. No hay un efectivo control sobre la concesión a una empresa privada, donde el Ayuntamiento figura de convidado de piedra y tiene que aceptar a pies juntillas todos los papeles que le presenta HIDRAQUA. Han transcurrido varios meses y todavía no sabemos qué ha pasado con los tres millones de euros que se podrían haber detraído del canon que paga la empresa. O sucede que se descubre que no se habían pagado otros tres millones de IVA.
Antes de tomar una decisión sobre el necesario cierre de la nave y la construcción de otra, hay que saber cómo queremos que se gestionen estos servicios. Hay que valorar la posibilidad de una empresa mixta donde el Ayuntamiento tenga la mayoría y el control del servicio de agua y alcantarillado. Hay que valorar que la concesión finaliza en abril de 2017, después de treinta años de contratos y prórrogas. Hay que valorar que se puede compartir el uso de la nave con los municipios limítrofes de Finestrat o de Alfaç del Pi, que también han contratado a HIDRAQUA. Hay que valorar que Benidorm no tiene apenas suelo industrial y en el polígono en proyecto se va a dar un uso estrictamente terciario y comercial. Hay que valorar que se puede mancomunar el servicio de agua potable con otros municipios de la Marina Baixa. Quizás me deje muchas otras cuestiones que los técnicos puedan añadir y plantear.
Lo fácil es meter la mano en el cajón de las tasas municipales que pagan los ciudadanos y construir otra nave. Lo fácil es tirar con pólvora de rey. Lo fácil es generar deuda municipal y ya la pagarán los que vengan detrás. Ya se cometió el error de situar esa nave en una zona residencial y gastar más de 500.000 euros. Si hacemos las mismas cosas, tendremos los mismos malos resultados y los platos rotos, como siempre, los pagaremos entre todos. Y no hay que olvidar que la empresa nunca pierde dinero, solo pierden nuestros bolsillos.
Quizás sea predicar en desierto o buscar utopías y quimeras, pero tal como estamos no nos queda otra. No nos queda más que buscar soluciones inteligentes para gestionar el dinero público con eficiencia.
Benidorm, a 30 de mayo de 2014
JUAN ANGEL FERRER AZCONA
CONCEJAL NO ADSCRITO
Categorías:Benidorm












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