El presente escrito podría perfectamente haberlo titulado «SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA»: insistir en el error o no dar el brazo a torcer. Porque esto es lo que lleva haciendo nuestro Concejal de Eventos desde que se ha propuesto materializar otro disparate relacionado con el principal concierto musical del año para jóvenes en la Ciudad. Y digo otro, porque servidor no conocía los pormenores del irracional contrato firmado en 2011 con una duración de cuatro años; hasta este 2014 (una edición anual).
Pero vayamos por partes y analicemos primero -y por encima- esta arbitraria decisión. Antes de firmar un contrato artístico o de otra naturaleza, lo primero que hay que hacer, sobre todo si se «juega» con dinero ajeno, es documentarse bien a través de expertos en la materia para no incurrir, como en esta ocasión, en errores imperdonables. Y lo peor del asunto es que se pretende continuar cometiéndolos.
Para empezar, Sr. Hernández, a quién se le ocurre comprometerse durante cuatro años sin saber qué repercusión iban a tener esos conciertos en los tres siguientes; ni qué artistas compondrían el cartel; cuál sería su caché, y tampoco -y esto es importante por lo que diré después- el resultado económico final: sumados todos los conceptos por los que la promotora recibe dinero, después de restar los gastos. Porque si la operación, como todo apunta, ha sido positiva, ¿por qué razón se han tenido que abonar cantidades «a fondo perdido»? ¿Y con qué argumento no pactó usted (para los cuatro años) como representante del arrendador -Benidorm- un canon de alquiler o un porcentaje sobre la taquilla? Seguro que con su patrimonio no habría sido tan generoso.
Esto es el mundo al revés, don Conrado. Lo lógico, lo normal y lo que entiende hasta «el que asó la manteca» es rubricar un contrato equitativo entre las partes, por un periodo anual, con la posibilidad- si se llega a otro acuerdo interesante para ambas- de prorrogarlo. Todo negocio conlleva un riesgo y eso lo sabemos los empresarios. Pero, repito, en el improbable caso de que los promotores hubiesen perdido dinero- y dado que a Benidorm le interesaba mucho la celebración del evento- nadie hubiera visto con malos ojos ofrecerles una ayuda, pactada en el contrato. ¡Pero, hombre, para abonarla solo cuando se hubiese comprobado fehacientemente que se han sufrido pérdidas!…
Usted ha manejado con una frivolidad manifiesta el dinero de todos. No se obceque y sea humilde por una vez. Haga examen de conciencia y dígale al señor Alcalde, el amigo don Agustín Navarro, que le asigne otra concejalía, donde seguramente realizará una labor más apropiada a sus conocimientos y aptitudes. ¡Ah! Y olvídese de firmar ese nuevo contrato de ¡siete años! de duración que tanto perjudicaría a su Pueblo. No cometa la torpeza de tropezar dos veces en la misma piedra. Porque las consecuencias, como digo, pueden ser muy lesivas- en el aspecto económico y en el de su dignidad- para una de las ciudades turísticas más importantes del mundo que, además, le ha dado la posibilidad de que ocupe usted el cargo de concejal.
Para acabar, le voy a comentar tres cosas más: al parecer, el contrato que se firmó con Low Cost para este año, ha perdido su vigencia al ser otra mercantil, Low Festival (la del nombre que no dice nada), la que se ha hecho cargo del evento, sin que medie documento alguno entre las partes. Se dice, se comenta, se rumorea (seguramente por malpensados) que toda esta nefasta gestión es debido a que alguien «se lo lleva crudo», o a que usted no da más de sí, o a una combinación de ambas posibilidades. Y, por favor, don Conrado, no nos tome por imbéciles y deje de afirmar que quienes le criticamos no queremos el Festival. Lo deseamos tanto o más que usted. Porque para muchos, Benidorm está por encima de partidos, de personas y hasta del dinero.
Cecilio González
Empresario
Categorías:Benidorm














Debe estar conectado para enviar un comentario.