Exposición de paneles en l´Espai d´Art del Ayuntamiento de Benidorm, que estará expuesta desde el 25 de marzo hasta el 4 de abril. Además, se ha proyectado el Documental «Mamá ha trabajado» en el Salón de Actos de dicho ayuntamiento.
La conquista de la igualdad plena en derechos de hombres y mujeres no ha sido cuestión de unos pocos años ni, tampoco, de unas pocas batallas. Ha sido un proceso largo, demasiado largo, que comenzó al filo de la Revolución Francesa, en 1789, cuando algunos partidarios de la Libertad y de la Igualdad quisieron hacer extensivos Los derechos del hombre y del ciudadano, a las mujeres.
Olimpia de Gouges en 1791 publicó su célebre Declaración de derechos de la mujer y de la ciudadana, para exigir que los derechos de las mujeres fueran los mismos que los del hombre. Se anticipaba así a una denuncia que el feminismo hizo suya desde muy pronto: que el término hombre debía de ser entendido no para designar al hombre-varón sino para designar al hombre como representante del género humano. Así pues, los derechos que se consideraban inalienables, naturales, para los varones debían de ser entendidos de la misma manera para las mujeres. Sin embargo, la mujeres hasta fechas muy posteriores a la Declaración de Olimpia, en Francia hasta más de ciento cincuenta años después, tuvieron la categoría de ciudadanas pasivas y se las excluyó de la vida pública, confinándolas a la vida doméstica.
En España, en la década de los setenta del siglo pasado, cuando sectores muy numerosos y relevantes del país se enfrentaban al poder autoritario y antidemocrático de la dictadura de Franco, se asistió a un renacimiento del movimiento feminista que ya había tenido fuerza e influencia durante las primeras décadas del siglo y, especialmente, durante la II República.
En el proceso de la Transición, entre la dictadura y la democracia, es decir, entre 1975 y 1982, las mujeres y sus organizaciones presionaron con argumentos y fuerza para que la Constitución de 1978 les reconociera la plena igualdad jurídica, tal y como ya sucedía desde hacía tiempo en las democracias de nuestro entorno. Sin embargo, y a pesar de que la Ley fundamental reconoció ese tipo de equiparación, muchas desigualdades pervivieron en el seno de la familia, en las relaciones sexuales, en las sociales y en el trabajo.
La exposición trata de este proceso: de cómo y a través de qué instrumentos la democracia, desde junio de 1977, se enfrentó a las desigualdades entre los sexos, que en España arrastraban un retraso de más de cuarenta años. Esta exposición quiere hacer visibles a las mujeres, servir de testimonio y de reconocimiento de un movimiento social y, también, y paralelamente, institucional, que fue y sigue siendo crucial para acabar con las viejas prácticas patriarcales y modernizar una sociedad, compuesta de hombres y mujeres, que gozan de mejores relaciones intersexuales, y de mayor y mejor cualidad de vida democrática, familiar y social. Viene a reflejar la historia de la clase obrera feminista a través de distintas imágenes, paneles informativos sobre historias de la mujer trabajadora, reivindicadora de sus derechos y ante la desigualdad social ante la clase masculina.
La exposición muestra carteles y documentación del Archivo “José Luis Borbolla” de la Fundación de Estudios e Iniciativas Sociolaborales -FEIS, procedente de transferencias de la Secretaría de la Mujer y de Federaciones de Comisiones Obreras del País Valenciano (Enseñanza, Minerometalúrgica, Sanidad y Agroalimentaria), y diversas cesiones y donaciones (Carme Doménech, Auxi Bustamante, Carmen Hinarejos, Manola y Josefa Ortega).
Manolo Mora
Categorías:Benidorm

















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