Hace unos días, quedé sorprendido cuando un insensato dirigente del gobierno catalán decía que en Cataluña podría ocurrir lo de Ucrania. Juzgen ustedes.
La vieja Europa ha derramado muchas lágrimas y torrentes de sangre por culpa de ideas nacionalistas, que al final no traen otra cosa que enfrentamientos y retrocesos. La época de los clanes y las tribus hace mucho que quedaron atrás.
En Mayo serán las elecciones al parlamento europeo al que damos poca imprtancia. Esa institución, y otras de ámbito europeo, nos parecen muy lejanas y muy desconocidas. Sin embargo, cada día deciden mucho más de lo que nos imaginamos en nuestras vidas. Europa debería hacer un esfuerzo didáctivo máximo por acercarse a sus cuidadanos. Si desde 1945 los británicos, franceses, alemanes, polacos, húngaros, italianos, etc. no dirimen sus diferencias con las armas es gracias al proceso logrado hasta la actual Unión Europea. Cada vez es mas grande y más global, lo que no quiere decir que cada pueblo pierda su identidad, su lengua o su cultura. Todo lo contrario, cada vez hay más Europa, con toda su diversidad.
Por eso creo que el conflicto de Ucrania, en el que Rusia puede provocar con su intervención una situación muy inestable, no sólo en la zona, se debe arreglar con más Europa. Quiero decir con ello que se debe desplegar una ofensiva diplomática con Rusia para atraerla hacia esa Unión Europea, a ella, y los paises de su entorno. Rusia sería un socio de los imprtantes, con mucha influencia en sus decisiones, por su población, por su tamaño y por su poderío económico.
Con los armamentos nucleares que tienen las grandes potencias, lo mejor es sentarse, hablar y resolver. Hay que caminar hacia una Europa unida, próspera y en paz.
El tiempo de las trincheras y las bayonetas ya quedó atrás. Estamos en el tiempo de las palabras, el entendimiento y la razón.

DESDE MI OTERO
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Francisco Javier Reverte Lledó