Benidorm

COLABORACIÓN.- DESDE MI OTERO. Reciclaje incentivado en Ribarroja de Turia.

FRANCISCO JAVIER REVERTE
Grata ha sido mi sorpresa cuando he ido a llevar un par de trastos inservibles al punto de reciclaje de mi municipio, Ribarroja de Turia. Amablemente, la vigilante del punto nos dice que si somos vecinos  y pagamos nuestras contribuciones, podemos sacarnos una tarjeta que debemos presentar cada vez que llevemos algo para reciclar y de esa manera iremos acumulando puntos que luego se transformarán en euros para hacer compras en los comercios de nuestro municipio.
En España la cultura del reciclaje se inició relativamente hace poco tiempo, ¿ 20-30 años ?. Alguien se dió cuenta de que éramos más consumistas, generábamos más basuras, las basuras degradaban el medio ambiente, y éstas eran aprovechables. Incluso pueden ser un negocio. A mi me parece bien tener un cubo para residuos orgánicos, otro para envases ligeros, para papel y cartón, separar el aceite usado, y no tirar en cualquier descampado los muebles o electrodomésticos averiados.. Me parece lamentable que las cunetas de nuestras carreteras estén llenas de plásticos, papeles y basuras de todo tipo. Como anécdota quiero contarles el impacto que me produjo en una isla de mi querida Panamá, donde al echar los pies fuera de la barca para tomar un baño tropical, hace muchos años, me encontré que el fondo marino estaba atiborrado de latas oxidadas que hacían peligroso dar un simple paso. Los isleños usaban esa parte de la isla como vertedero. Penoso.
En España siempre han existido los chatarreros, recogedores de cartones y otras figuras que recogían esos residuos. Algunos empresarios vieron que la basura era un negocio y por eso se crearon las grandes plantas de tratamientos de residuos. Los contribuyentes empezamos a pagar impuestos de reciclaje diferenciado del de basuras o del de podas. Claro, llega un momento en que dices  » me molesto en reciclar, pago cada vez más impuestos por ello y encima alguien hace negocio con mi basura » . Al final te hartas y mal reciclas, que para eso pagas. En Alemania no verás una botella de plástico o lata por el suelo de sus calles, porque cuando la compras, pagas unos céntimos para su reciclado, pero es que cuando la llevas a reciclar te devuelven otros céntimos. Eso es lo inteligente.
Por eso OLE por el Ayuntamiento de Ribarroja y todos los que se han dado cuenta de que el reciclado no consiste en pagar y pagar por ello; es incentivar, motivar y educar.

DESDE MI OTERO
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Francisco Javier Reverte Lledó

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