Que la Infanta, fiándose de su marido, ha sido protagonista, por primera vez en toda la Historia de España, de ir a un juzgado a declarar es sorprendente y era, hasta ayer, inimaginable.
Sin embargo, sigo insistiendo en ello, que un presidente de la región autonómica, Catalana, se niegue a cumplir la Constitución y convoque un referéndum para vota la independencia de Cataluña es mucho más grave que lo acontecido a una de las hijas de Rey de España.
Que un presidente del Gobierno del Reino de España, Mariano Rajoy, no hay procedido, al principio de este acto, a cumplir con su juramento a la Constitución al no aplicar el artículo 155, es una total dejación de sus funciones, es, como político, un cantamañanas. Por su falta de rigor los españoles somos el hazmerreir de toda Europa . Mariano Rajoy, como perjuro, debería de haber sido obligado a dimitir y ello era un deber del Fiscal General del Estado, Torres, el haberlo protagonizado.
Los políticos actuales son indignos de representarnos. Son unos impresentables y han convertido España en la Cueva de Ali Baba. Es una pandilla de vividores que han hecho de la política su forma y manera de vida. No están al servicio de los ciudadanos. Somos nosotros los que nos hemos dejado, abandonados, de ser personas libres y exigentes con aquellos que viven con nuestros impuestos de manera esplendida y encima son INTOCABLES ya que el llamado Poder Judicial está completamente obligados a ser vasallos de quienes los han colocado donde están. Como prueba de esto cuando surge un juez, caso Blesa, que cumple con su deber es expedientado y separado, lo mismo que paso con Garzón.
Lo de la Infanta, por culpa de su marido, es un hecho mínimo al lado de los chorizos que abundan en la política y otras instituciones y que se ríen de todos nosotros.