El azote de la década de los 70-80-90, que se llevó por delante a millones de personas en todo el mundo, en su mayoría jóvenes, parece que vuelve con fuerza. La noticia ha saltado con la muerte del actor Philip Seymour, en Nueva York. La heroína está causando estragos en la población. Parecía que en los últimos años había desaparecido el paisaje típico de personas enganchadas que deambulaban de un sitio a otro en busca de su dosis.
Todos hemos tenido en nuestro entorno próximo a familiares, amigos o conocidos que se han visto inmersos en ese submundo de la droga. Personas maravillosas que, por una causa u otra, dejaron de ser libres para ser esclavizados por una sustancia que era fabricada, adulterada y manipulada por una cuadrilla de gente que no merece otra cosa que caiga sobre ellos el mayor de los castigos legales, y me atrevería a decir que el mayor castigo divino, por aprovecharse de la debilidad del ser humano y segar tantas vidas. Merecen todo mi desprecio.
La sociedad en que vivimos, bastantes «drogas legales » nos ofrece, que sabemos que pueden perjudicar, como para meternos drogas como la heroína, que arrasa al que pilla. El engaño de un bienestar inicial, acaba a las pocas dosis de consumo, convirtiendo en meras piltrafas a los consumidres, en manos de unos desaprensivos y canallas traficantes. Sé que pueden parecer duras mis palabras, pero es así.
Como farmacéutico, he visto a mucha gente, de todo tipo y condicíón, como arrunaba su vida. Unas veces era por snobismo, por debilidad, por malas compañías, por algún desengaño en la vida, …Caían y que difícil era salir. En la cárcel los he visto morir como chinches y en la calle se arrastraban como zoombies hasta su fín.
Sólo deseo que se tomen las medidas necesarias para que esa plaga del siglo pasado no vuelva. Que se actúe ya, por parte de las autoridades sanitarias y policiales, para evitar su resurgimiento. Que se apoye a las entidades que tan buena labor hacen en el campo de la rehabilitación y que no se vean abocadas al cierre por falta de pagos de las administraciones.
Hay que tomárselo en serio, que los señores de la droga, se reinventan bajando precios y sacando al mecado droga más pura, más potente, todo para seguir lucrándose, no importándoles a quien se lleven por delante.
No rotundo a la droga, y con la heroína ni una broma.
Francisco Reverte Lledó
Categorías:Benidorm











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