El fútbol es a los tiempos actuales lo que el el circo a los romanos. Sirve para que las masas se » entretengan «, descarguen su adrenalina y desaten sus pasiones, además de poder disfrutar de un buen espectáculo, por supuesto. Franco ya lo utilizaba cuando lo necesitaba, junto con los toros. Y se le criticaba. Ahora es que lo tenemos hasta en la sopa. ¿ Por qué será ?.
Con el fútbol, algo que debería ser meramente deportivo, se mezclan otras cosas, como son la economía y la política. ¡ Menuda combinación !. A él se acercan empresarios, políticos y también gente de mal vivir. Como diría José María García, en tiempos, chupópteros y abrazafarolas.
Hasta aquí «todo conocido, todo normal «, entre comillas. Lo que me parece un paso más en la desfachatez, o quizás sea mejor decir » fachatez», es el manejo que quiere hacer el mundo » nazionalista» de este deporte. El Presidente del Barcelona, Sandro Rosell, ha tenido que dimitir por la denuncia de uno de sus socios, no por tejemanejes de su eterno rival, el Madrid. El juez considera que puede haber delito y lo imputa. El dimite. Correcto. Ahora, el denunciante, un independentista retira la denuncia porque su objetivo se ha cumplido. Pero al parecer lo hace para no perjudicar a la entidad, ¿ no será al revés ?, y también porque no quieren que sea en la Audiencia Nacional, o sea en Madrid, donde se vea el caso. Tiene que ser en los tribunales catalanes. Supongo para que así puedan mangonear más. En fin, que ésto no hay quien lo entienda.
Sería bueno que muchos dirigentes catalanes pasarán por una terapia intensiva y colectiva, de psicólogos y psiquiatras, ya que si no será el pueblo quien tenga que pedir cita y no habrán profesionales suficientes para recomponerlos.
Una lástima que también se quieran apoderar del fútbol, de los buenos equipos como el Barça para el beneficio del » nazionalismo «. Cada vez se parece más Cataluña al régimen de Franco, al de la Alemania de los años 30 o a la antigua URSS, por citar los más relevantes. ¡ Horror !.

Francisco Javier Reverte Lledó