Con los Reyes Magos se han terminando todas las fiestas de fin de año y comienzo. La plaza del ayuntamiento ha estado rebosante, no solo de atracciones, sino de personas, particularmente niños que han disfrutado, a precios altos a consta de sus padres, de todo lo que allí está montado.

El tiempo no ha sido demasiado bueno, por lo menos para los que somos de aquí. Durante la mañana bien, pero por la tarde, a partir de las 18 horas, hacia frescoreta.

Pocas novedades se han producido en el ayuntamiento. Muy poco movimiento. Las fiestas ha sido un descanso para, no solo los políticos, todos.

Es leñero municipal Juan Ángel sigue pegando fuerte. No se cansa de sacarles los colores al equipo de gobierno municipal. Todos los días tiene cosas que decir y lo hace de manera clara y contundente. Sinceramente sería una pena que dejase de seguir en el ayuntamiento. Ahora se ha empeñado en sacar los costos del gasto de los teléfonos del ayuntamiento. Todo el pueblo estamos a la espera de los resultados. Si lo logra será motivo de hacerle un  monumento en la Plaza de la Hispanidad. Tiene, en este tema, un hueso duro, Natalia, si la de Hacienda, que defiende al interventor a capa y espada por su consumo telefónico que pagamos los contribuyentes.

Es el único que aún no ha dicho si se pasa a un partido, seguirá solo  ¡que hará!. Por aquí se empieza a cantarle una canción, de esas antiguas que empezaba así: “ a la lima y al limón te vas a quedar soltero…”.¡Ye veremos!.

LA obra del Casino del Mediterráneo de Benidorm ya han empezado. Si no falla nada en Julio empezara eso de “hagan juego señores, no va más”.

 En la carta ultima te decía que ya no vivo solo, tengo una pareja. Ella se Kati y no me llevo muy bien con la misma. Te mando una foto para que le conozcas, si ves a Juanita enséñasela también.

Para Juanita te mando una bonita frase, dásela. Aunque dentro de un rato, sobre las 12, yo mismo se lo diré cuando vaya a verla hoy. ¡Fíjate!, cuando voy al cementerio la  tengo a menos de medio metro de mi, bajos mis pies, y no la puedo ni tocar, menos verla, aunque, en mi memoria, aún la tengo presente, tal y como era.

                                                                                                Manolo