
La primavera árabe se llevó por delante a los líderes de Túnez, Líbia y Egipto entre otros. En paises como Egipto, después de la caida de Mubarak, su democrático Presidente, Mursi, apoyado por los Hermanos Musulmanes, también fue tumbado. También podríamos hablar de Irán, Afganistán o Irak. Hasta en Turquia están las aguas revueltas.
En Siria, desde hace casi 3 años, se vive una auténtica guerra civil. Bashar el-Asad se resiste en dejar el poder, lo que ha sumido a ese gran pueblo en una cruenta lucha entre hermanos, no solo de religión, sino también de sangre.
En Córdoba andan reunidos los grupos opositores y pronto se reunirán en Ginebra con los hombres de Asad, con el fin de alcanzar un acuerdo de paz, o al menos una tregua que permita socorrer a la desvalida población civil. Rusia y Estadis Unidos están detrás de estos encuentros. España también, que ofrece sus depósitos para almacenar los gases tóxicos que se están evacuando de Siría, dentro de una operación, de alcance internacional, para evitar matanzas sobre la población Siria. Ya se oyen algunas voces insolidarias contra esa ayuda española.
Como el río va revuelto, los terroristas de Al Qaeda aprovechan cualquier oportunidad para extender sus tentáculos. En Siria, el ISIS, franquicia de Al Qaeda, ya tiene su porción de territorio. De ahí el temor de Occidente de armar a la oposición, al no saber en manos de quién caerán esas armas.
Está difícil, complicado, y cuanto más tiempo pase de lucha y terror, más costará que las heridas cierren bien. Confiemos en que en Ginebra se llegue a un acuerdo, que me temo que sin la caida de Bashar el-Asad no será factible. Que Alá los ilumine.
Francisco Javier Reverte Lledó
Categorías:Benidorm










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