En este puente pasado de la Constitución-Inmaculada, el frío ya hizo crujir los dientes y también los bolsillos. Las calles, comercios y centros comerciales de nuestros pueblos y ciudades, se han visto abarrotados de clientes o de simples paseantes y ojeadores de futuras compras. Está previsto un ligero aumento del consumo familiar, aunque la dichosa crisis sigue ahí y la situación de millones de españoles sigue resultando muy difícil.
Alejado por unos días, un poco, de los medios de comunicación y de las redes sociales, te das cuenta de que la rueda sigue girando. La Constitución cumplió años, y aún siendo joven, cierto es que necesita ya un poco de maquillaje. Si PP-PSOE son capaces de aunar voluntades, junto con el resto del arco parlamentario, seguro que el pueblo español daría nuevamente su apoyo a un texto más acorde con los nuevos tiempos. Tan mal no nos fué hasta hace no mucho.
El carismático Mandela se apagó, después de 95 años, siendo un ejemplo para todo ser humano de que la concordia y el entendimiento son mucho más productivos que el odio y el enfrentamiento continuo.
En estos dias, en que las arenas de nuestras playas están más húmedas y frías, te das cuenta que eres un simple granito de arena en la inmensidad de una playa, pero que gracias a esos granitos hay playa y que tú eres parte importante de ella. Sin tí no hay playa; vaya, vaya.